TRATADOS DE BUCARELI.
El 13 de agosto de 1923 se registra
uno de los hechos más controvertidos de la historia mexicana, la firma de los
llamados Tratados de Bucareli entre los gobiernos del General Álvaro Obregón y
de Estados Unidos. Se dice que estos acuerdos incluyen el compromiso de México
de no producir derivados del petróleo, no construir motores de combustión interna
(mayores a un caballo de fuerza, según algunas referencias) y, en general, no
producir maquinas ni herramientas mexicanas. El alcance real de estos acuerdos
no es claro ya que el documento no se encuentra disponible públicamente o no es
fácil de conseguir y su misma existencia ha sido frecuentemente negada1. La duración de
los acuerdos se fija, típicamente, en 50 años, pero hay referencias que establecen
su vigencia en 20, 75 o incluso 100 años. Se relata que el entonces Secretario
de Hacienda Don Adolfo de la Huerta calificó la firma de estos tratados como un
“acto de traición a la patria”2. Por supuesto, en este momento y
después de ver cómo nuestro país se ha convertido principalmente en usuario de
tecnología extranjera, es fácil simpatizar con la postura de Huerta. Evaluar la
decisión de Obregón, por otra parte, tomada en otro momento histórico a la luz
de sus efectos conocidos actualmente, puede ser un tanto injusto. También
injusto puede ser señalar a estos tratados y a sus negociadores como los únicos
responsables del rezago tecnológico del país. Sin embargo, al margen del grado
de culpabilidad de los tratados de Bucareli, es patente una clara extinción de
la industria nacional a partir de la firma de estos acuerdos. A partir de los
años 30, la industria aeronáutica mexicana entró en una etapa de decadencia. A
partir de la II Guerra Mundial, México deja de fabricar aviones y empieza a
adquirir los producidos en Estados Unidos y desde entonces, la participación
mexicana en esta industria se limita a tareas de mantenimiento3
y,
eventualmente, a una participación en la industria maquiladora, principalmente
en funciones de ensamble. ( Articulo del Centro de Integración para la Industria Automotriz y Aeronáutica de Sonora, A. C.).
Conclusión, sin duda estos tratados
secretos y siniestros por parte de E.U.A los coloca como los protagonistas
reales del pillaje en nuestro país, pero gracias también a la cooperación de los altos funcionarios que
siguen solapando estos tratados y desgraciadamente no los ponen en evidencia,
este tipo de tratados muestran también la gran hegemonía y la estrategia ruin
de cómo llego a ser EUA una potencia mundial, no es más que a costa de muchos países
de América y en especial de México.
Guerra Cristera.
A la intolerancia del Presidente Plutarco Elías Calles hacia
la iglesia este manda a expedir una serie de leyes con el fin de hacer cumplir
la Constitución en su más sentido estricto lo cual implicaba que la iglesia no
tuviera intervención en la vida pública de México y por consecuencia manda a
cerrar todas las iglesias del país y vigila que ningún acto religioso se lleve
a cabo así como la expulsión inmediata de todos los religiosos extranjeros en
México, para todo esto los fieles católicos mexicanos se manifiestan con total
inconformidad porque estaban violando su Derecho libre profesión religiosa,
para lo que comienzan a reunirse en secreto y a formar estrategias para tratar
de oponerse contra estas decisiones del Presidente Plutarco; para esto los
fieles se forman en la llamada Liga, en primer momento empiezan con una recaudación
de firmas, después con un boicot económico lo que les da resultado y cautiva la
atención del Presidente Plutarco pero éste somete a la Liga con la intervención
rígida del Ejército Federal, y por consecuencia la Liga se reúne para contraatacar
con armas, para esto invita a varios ex generales revolucionarios y los
incorpora al llamado Ejercito Cristero, teniendo varias victorias alrededor del
país; desde luego al momento de que el Presidente Plutarco, trata de hacer cumplir
estrictamente la Constitución él ve efectivo anular los tratado de Bucareli que
se habían firmado con anterioridad con EUA, para entonces EUA reacciona de
forma inmediata para evitar tal anulación lo cual afectaba en sus intereses
económicos para lo cual se hace una intensa batalla de negociaciones con el
embajador de EUA con el Presidente Plutarco para evitar a toda costa que los
tratados fueran anulado, para el final, Plutarco acepta las condiciones de EUA
y termina con la guerra de los cristeros, favoreciendo de nuevo a EUA en sus intereses
y regresando la paz social a México pero ya con su dignidad nacional vendida de
nueva vez.
Comentarios
Publicar un comentario